Aunque La Calera es ampliamente reconocida por su emblemática industria del cemento, pocos conocen las fascinantes historias que entrelazan a esta ciudad con dos de las figuras más trascendentales de la literatura chilena: Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Más allá de los prestigiosos galardones Nobel de Literatura, existen episodios poco difundidos que conectan a estos gigantes de la palabra con la vida cotidiana y la memoria obrera de esta vibrante localidad de la Región de Valparaíso. Estas narrativas, lejos de ser mitos, son auténticos fragmentos de la identidad cultural calerana.
Gabriela Mistral: Un Homenaje Obrero y una Respuesta Inesperada
En 1943, la ciudad de La Calera fue escenario de un singular gesto de admiración hacia Gabriela Mistral. En el sector de Maltería, donde hoy opera Sopraval, se alzaba la importante empresa textil “La Vedetta”, productora de paños y tejidos. Como era común en la época, la fábrica albergaba un activo sindicato, el Sindicato Enrique Oertly, que no solo velaba por los derechos laborales, sino también por el esparcimiento de sus trabajadores a través de un grupo artístico.
Los miembros de este colectivo artístico, inspirados por la labor literaria de la poetisa, entonces Cónsul de Chile en Brasil, decidieron pedirle permiso para bautizar su grupo con su nombre. Enviaron una misiva desde La Calera, expresando: “Tenemos el agrado de comunicar a Usted que se organizó en el Sindicato Enrique Oertly un grupo artístico, al que nos hemos permitido ponerle Gabriel Mistral, en obsequio al reconocimiento a su labor literaria en Latino América”. ✉️
La respuesta no se hizo esperar y llegó directamente desde la pluma de Gabriela Mistral, quien, agradecida por el homenaje, señaló con puño y letra: “agradezco mucho su homenaje y el de sus amigos”. Este emotivo intercambio ocurrió solo dos años antes de que la poetisa recibiera el Premio Nobel de Literatura en Suecia, sellando un vínculo perdurable entre la futura Nobel y los trabajadores textiles caleranos. Aunque la fábrica “La Vedetta” ya no existe, esta historia permanece viva en el corazón de la comunidad, demostrando cómo la cultura puede trascender el oficio. ✨
Pablo Neruda y su Paso Clandestino por La Calera
La conexión de Pablo Neruda con La Calera revela un episodio de solidaridad y resguardo en un momento crucial de la historia chilena. En 1948, bajo el gobierno de Gabriel González Videla, se promulgó la “Ley de Defensa Permanente de la Democracia”, conocida popularmente como la “Ley Maldita”, que ilegalizó al Partido Comunista. En este contexto, el senador Pablo Neruda fue desaforado por la Corte Suprema a petición del presidente, convirtiéndose en un perseguido político tras su famoso discurso “Yo Acuso”, donde denunciaba la persecución a las organizaciones sindicales del país.
Neruda, buscado por la policía y con una recompensa por su captura, encontró refugio insospechado en La Calera. En octubre de ese mismo año, el profesor César Alvarado, docente de la Escuela de Artesanos (hoy Liceo Industrial “Óscar Corona Barahona”), solicitó a un grupo de sus estudiantes, entre ellos Alejandro Ojeda, Guillermo Mondaca y Miguel Allendes, que le acompañaran a la Estación de Trenes para recibir a un “gran amigo”. Los jóvenes, vestidos para la ocasión, presenciaron la llegada de un hombre alto y elegante en el expreso de las 18 horas desde Santiago. 🚂
Para sorpresa de los estudiantes, el misterioso viajero no era otro que Pablo Neruda. Tras los saludos, el poeta fue guiado a pie por el polvoriento camino hasta la Escuela de Artesanos, donde permaneció todo el fin de semana en los pequeños departamentos de los profesores. Compartió momentos con los docentes, para luego continuar su viaje clandestino hacia Valparaíso, uno de los muchos lugares donde se ocultó antes de partir al exilio. Meses después, en 1949, cruzaría la Cordillera hacia Argentina, pero su breve estadía en La Calera, bajo el resguardo de la comunidad escolar, dejó una huella imborrable. Esta historia es un potente testimonio del compromiso de una ciudad con la libertad y la poesía en tiempos de adversidad. 🤝
Un Legado Literario que Fortalece la Identidad Calerana
Estas singulares anécdotas no solo enriquecen la biografía de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, sino que también añaden una capa de profundidad a la identidad cultural de La Calera. Revelan una faceta menos conocida de la ciudad, donde la admiración por la literatura, el apoyo mutuo entre creadores y trabajadores, y la hospitalidad ante la adversidad se funden en una narrativa que dignifica el pasado. Así, La Calera no solo se erige como la ciudad del cemento, sino también como un escenario donde la poesía y la historia viva conectan a las nuevas generaciones con el invaluable legado de dos premios Nobel chilenos. 📚